lunes, 21 de septiembre de 2009

PROTOCOLO 1 (SAVATER)

Desde hace muchos años la educación se ha visto afectada por la insensatez de la misma sociedad. Una paradoja difícil de comprender y difícil de aceptar, ya que una sociedad que no le dé importancia a este tema se verá afectada y por ende abandonada. La paradoja es inaceptable. Se habla de que la educación es un pilar que sostiene a la sociedad, un pilar que intenta proteger los valores de la humanidad y de progreso. Pero lo que se ve y lo que se palpa en el mundo real es todo lo contrario. Somos testigos del mal manejo, desprecio y desprestigio de algo tan importante como la educación. ¿Por qué el hombre moderno, que tanto ha aprendido, prefiere darle la espalda a la educación que apoyarla desde el fondo de su espíritu? Una pregunta difícil de responder. Al intentar buscar la verdad llegan piedras a nuestros caminos. Entonces nos vemos abandonados, solos y desprotegidos. ¿Desprotegidos? ¿Por parte de quién?

No sólo la culpa es de la sociedad, aunque en gran parte se le es atribuida. El maestro también es un culpable de que las cosas no marchen como deberían marchar. ¿Por qué? Muy simple, en estos últimos tiempos el profesor se ha desentendido con su labor de docente, y con razones obvias, pero, ¿no está en juego el porvenir de una comunidad, de una sociedad, de un nuevo y bravo mundo? En efecto, todos estos elementos están en juego, y si se quiere que haya progreso y reconocimiento, el profesor debe replantear su trabajo desde la inteligencia y la prudencia del espíritu, desde la vocación y el amor por los demás. Tal vez esto suena religioso y no quiero que esto sea así porque ya se sabe la repercusiones que acarreé una educación religiosa. Hablo del reconocimiento mutuo.

Cuando el maestro decida reconocer a sus estudiantes como seres humanos semejantes a él, ahí empezará la educación a replantearse como ciencia abierta y primordial de los seres humanos. Ahora bien, la familia también tiene una labor educativa muy importante que efectuar. En este siglo, los valores familiares, la primera educación, aquella que debe ser repartida con mucho amor por parte de los padres, es hoy en día, el afecto mágico de una caja virtual que muestra el mundo sin escrúpulos. Lo que afecta en gran medida el desarrollo de la personalidad de los niños, ya que el sentido humano de la enseñanza es sustituido por una máquina. Hay que reflexionar mucho sobre el rumbo que la educación ha tomado, los tiempos cambian al igual que los hombres, y si no se actúa con prontitud seremos testigos de la decadencia de la humanidad.

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